25.9.07

...en cada mínimo detalle creo oir tu voz...



La parte por el todo. El arte utiliza ciertas herramientas para lograr el equilibrio que haga de una obra una producción acabada y legible. En las fotos puede apreciarse la sutileza con la cual Wright logra que en cada rincón uno vea el edificio entero. El lenguaje es perfecto y muy particular, al mejor estilo de su arquitecto.




Al mismo tiempo podría pensar de una manera más abstracta. ¿No es acaso cada detalle más bien una parte de un todo que abarca la obra completa de un autor? Debería establecerse entonces de manera paulatina una relación detalle-obra y obra-arquitecto en vez de saltar sin escala alguna a detalle-arquitecto.




Sin embargo, existen diversas maneras de "firmar" las obras. El arquitecto muchas veces ha requerido a detalle característicos o simplemente a placas en las entradas para diferenciar su trabajo del de otros. He aquí una gran pauta para volver nuevamente al carácter de una obra. Y esta, como así también la mayoría de los edificios de Wright, es perfectamente característico. ¿Es necesario firmar una obra cuando por sí misma es un gran mural con el nombre de su autor? Dudo mucho que alguien confunda un Van Gogh sin leer su firma. Igualmente no todos los arquitectos utilizan el detalle para caracterizar a sus obras: de hecho Wright es uno de los pocos que lo logra.

El carácter ya no pasa a ser macroscópico, sino más bien microscópico.

Nada más simple que lo más complejo...

No hay comentarios.: