18.12.11

Hacia una Arquitectura Macanuda


Festejando las 10.000 visitas al blog encuentro el momento de englobar los comentarios artísticos con algo de humor del joven Liniers. La expresión del artista se manifiesta en este caso en pequeñas (sólo en tamaño) tiras cómicas con un alto grado de intelectualidad encubierta en los trazos casi infantiles de su genio-creativo. El virtuosismo del dibujante que logra, con creatividad y dedicación, un sinfín de personajes únicos que exponen los pensamientos de un niño apasionado por la simpleza del mundo. Explicar los chistes no tiene sentido alguno.


La arquitectura ha sido siempre un arte lleno de contradicciones y  las distintas corrientes de pensamiento no hacen más que nutrirla, desde el más retrógrado hasta el más revolucionario personaje. El único error subyace en la intervención popular. No siempre el debate intelectual es bien recibido. La especulación inmobiliaria, el capitalismo y el materialismo no hacen más que dinamitar una y otra vez a todas las artes, considerándoles superfluas e innecesarias. ¿Cuántos arquitectos o jóvenes estudiantes se refugian en el funcionalismo para tratar de pertenecer a una sociedad importada que los rechaza? Me resulta muy difícil entender hasta qué punto consideran a la arquitectura como un arte, o bien, hasta qué punto consideran al arte como algo imprescindible. La sensibilidad se pierde día a día en cada joven arquitecto que sale de facultades que fomentan el hermoso camino de hacer plata con el arte.


El arte no es ni funcional ni inútil. No representa la realidad, ni los pensamientos de las personas ni el delirio de los más extrovertidos. Simplemente, hace feliz a la gente. Desde la hermosura espacial hasta la la ordenada organización de formas y colores sobre un plano, el arte se nutre de distintas herramientas para lograr su cometido. Así como el teatro griego, existe la dualidad entre la comedia y la tragedia, entre la felicidad y la tristeza. Estos sentimientos están tan relacionados entre sí que el nacimiento de uno implicó el del otro. La materia-antimateria se unen en un equilibrio celestial que conjuga la vida de las personas y los vaivenes anímicos que pueda sufrir. Todo, todo, es arte.


La catarsis artística trae consigo una búsqueda constante de autosuperación, algo que ha dado a la raza humana un nivel de supervivencia atroz, llegando al punto de considerarse a sí mismo su principal peligro. El papel del arte ha quedado pues relegado a la sombra de los grandes poderes económicos que dominan al mundo hasta su más inesperado rincón. La arquitectura, antes encargada de mantener el equilibrio mundial, hoy se ha transformado en el fiel ejemplo de la estandarización y el minimalismo donde las personas no sólo no tienen otras opciones para elegir su morada, sino que hasta les han impuesto el gusto de la economía.


Es así como, con cosas tan pequeñas como unas tiras cómicas, se puede lograr poco a poco combatir una vida de consumismo y lograr el amor al arte y a la vida. Podré ser un grano de arena en el desierto, pero jamás seré otro ladrillo en la pared.

"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas"
Miguel Ángel

13.5.11

There is no substitute

- "Sé que están buscando un baterista y yo soy mucho mejor que el que ustedes tienen."


Así se presentó Keith Moon frente a Roger Daltrey, con el pelo decolorado casi naranja y un traje del mismo color. Evidentemente era el nuevo baterista de The Who. Por aquel entonces, la reciente banda tocaba temas heredados del rock clásico, de ritmos monótonos y repetitivos; todo parecía que era una nueva saliente mod de la música británica. Sin embargo, el aburrimiento de Moon en los recitales hacían que acelerara el ritmo constantemente y aumentara la intensidad de cada golpe. La adrenalina que subió al escenario con él se asentó y se convirtió en la insignia de la banda. Los volúmenes empezaron a subir para poder escuchar cada instrumento sobre la batería demoledora. Poco más tarde Pete Townshend estaría rompiendo su guitarra en vivo por primera vez en la historia del rock.


El éxito de la banda no tardó en llegar con los primeros singles y la fama de Keith Moon se acrecentó notablemente por su virtuosismo con la batería y por sus excesos personales. Alrededor de él giran anécdotas propias de una vida desenfrenada. Sexo, drogas y R&R.


Como baterista es fácilmente ubicable como unos de los mejores de la historia del rock. Su elocuencia musical, tan potente, precisa y creativa marca el inicio de una era en donde la batería pasa a ser el principal instrumento del rock. Hasta ese entonces, los bateristas eran personajes desconocidos. Incluso ocurre hoy en día, salvo aquellos nefastos casos donde en busca de popularidad se dedican a ser cantantes...


Su paso por el rock se baña de grandes contactos. En 1966 se junta con Jeff Beck y los futuros Led Zeppelin para grabar "Beck's Bolero". Se dice que Keith Moon fue quien le recomienda a Jimmy Page el nombre de "Led Zeppelin" ya que le aseguraba que su banda "se vendría abajo como un Zeppelin de plomo".

Artista invitado de Led Zeppelin en 1977.
La última noche de su vida, en un estreno de una película de Paul McCartney, Keith Moon muere por una sobredosis de pastillas para combatir su adicción al alcohol. En la misma cama del mismo departamento donde años antes moría Cass Elliot, el cantante de The Mamas And The Papas. 
Para aquel que no lo haya conocido puede verlo reflejado en Animal, el personaje de los Muppets, ese baterista desmedido y tan potente.

Aquí, grandes momentos de su personalidad, perceptible en cualquier disco de The Who.

18.3.11

Nota Personal

La expresión del artista en su obra muchas veces es desligada de la persona física quien ha obrado materialmente. Existe, pienso yo, un artista dentro de cada persona, el cual muchas veces es libre de prejuicios y al cual no lo ataca directamente el exterior. Este es tan libre como un niño que en su ignorancia sobre el mundo refleja sus sentimientos de la manera más pura y creativa. Es tan libre que puede hacer cosas que la propia persona no cree posible. Cuántas veces ocurre que al mirar una producción artística uno se asombra de lo que ha logrado. Pues claro, uno no ha logrado nada en realidad. Evidentemente, es algo sorprendente. Desligarse de la persona es el ejercicio principal que lleva a cabo el artista, para poder ejercer su oficio con las libertades en las cuales lo concibe. Es también trabajo de la persona hacer lo que sea necesario para separar al artista propio; en un principio todo se encuentra mezclado, y es necesario separarlo. Para ello, sólo se requiere de la dedicación de la persona, para que en el momento que lo desee, el artista pueda trabajar en paz. Uno mucho veces llama a este fenómeno "inspiración". Es evidente entonces que para inspirarse es cuestión de trabajar arduamente y que la inspiración, consecuentemente, no es más que el artista mismo expresándose. Esta "inspiración" -que bien podría llamarse "expresión"- suele ocurrir en momentos de ocio. Pero el ocio es relativo; lo que en realidad sucede es que la persona física ha dejado de trabajar y a dado lugar a que el artista pueda obrar tranquilo. Mientras la persona se ejercita, el artista descansa, ocioso.
Ahora bien, dentro de la relación entre la persona y el artista existe una ligazón notable: el sentimiento. No existe otra manera que no sea a través del sentir en que la persona se pueda comunicar con el artista y viceversa. Los románticos, a modo de paráfrasis cartesiana, afirmaban: "Siento, luego existo". El artista sólo puede existir cuando existe el sentimiento. Pero el sentir no es unívoco y no siempre es entendible; este lenguaje hasta suele ser irracional. Pero allí está la clave de su éxito intrínseco: la racionalidad no es más que un límite. Es común pensar en la tristeza como una de las grandes "inspiraciones/expresiones" de los artistas. Bien es sabido que aquí el sentimiento es más vívido y profundo que en la felicidad corriente. Esto no es privativo, aunque sí, lo más común. Análogamente, los momentos faltos de sentimientos y de poca reflexión inducen al artista a un merecido descanso.
Como buena reflexión, no encuentro ninguna certeza.
Sólo cito a Van Gogh:
"Sufrir sin quejarse es la única lección que debemos aprender en esta vida".