17.2.10

Maison Curutchet, una mirada subjetiva



Quizás la casa que Le Corbusier jamás visitó pertenezca más al carácter europeo que al espíritu platense. Desde los inicios de su construcción pretendió adueñarse de esta vivienda de distintas maneras. El primero y más interesado fue Amancio Williams, quien quiso que cada detalle se sienta más suyo que ajeno, que los planos de obra no sean los originales sino la interpretación que él hiciese de ellos. Y evidentemente, la obra era más suya que del propio Le Corbusier, quien manifestaba por carta sus intenciones.


Ni siquiera el propio Dr. Curutchet pudo hacer de la maison una casa. Su estadía fue breve y nuevamente una vivienda lecorbusierana quedaba deshabitada. Actualmente La Plata lucha por algo que cree suyo, pero que nunca fue algo que pertenezca a esta cultura.



La belleza arquitectónica muchas veces justifica los medios por los cuales se desarrolla el arte como expresión del alma. En este caso la casa se cierra en sí misma, en la mente de Le Corbusier, y deja de lado cualquier relación con la cultura platense. Los elementos "preconfigurados" y "esenciales" de la arquitectura aparecen sin falta: planta baja libre, brise soleil, terraza jardín, Modulor, etc, etc. Sí, la receta se llevó a cabo a la perfección.


La arquitectura de Le Corbusier se presenta victoriosamente en el país, y a modo de Estilo Internacional puede realizarse mediante una intensiva correspondencia. El resultado es claro, y la obra cuyos detalles representan el ingenio arquitectónico propio del personaje más popular de la arquitectura moderna. El juego de los volúmenes bajo la luz es singular y de gran carácter, transformándose en un ejemplo de la más acabada arquitectura moderna.



Es imposible dejar de ver esta obra con los ojos del respeto.
Pero cuántas preguntas formula...

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